La invasión rusa de Ucrania ha generado emisiones que contribuyen al calentamiento global equivalentes a 236,8 millones de toneladas de CO2 en total.
Rusia afronta presiones para pagar más de 37.000 millones de euros a Ucrania, en lo que sería el primer caso en el mundo de reparaciones climáticas derivadas de una guerra.
El Registro de Daños para Ucrania empezará a aceptar reclamaciones climáticas "en los próximos meses", y Ucrania prevé presentar su demanda de compensación ante el Consejo de Europa a principios de 2026.
Los expertos sostienen que este paso "sin precedentes" ayudará a exigir responsabilidades a Rusia por el impacto que su invasión de Ucrania ha tenido en la atmósfera global, y sentará un precedente sobre la responsabilidad de los Estados por los daños climáticos causados por la guerra.
El daño medioambiental de Rusia a Ucrania
La Iniciativa de Contabilidad de Gases de Efecto Invernadero de la Guerra (IGGAW) ha calculado que la invasión rusa de Ucrania ha generado emisiones que calientan el planeta equivalentes a 236,8 millones de toneladas de dióxido de carbono.
La guerra también ha destruido o dañado en torno a tres millones de hectáreas de bosques ucranianos, reduciendo su capacidad de absorción de gases de efecto invernadero en 1,7 millones de toneladas anuales.
Aunque ocupa menos del 6% de la superficie terrestre del continente, Ucrania alberga un tercio de la biodiversidad europea. Pero la guerra ha aumentado la presión sobre más de 1.000 de sus especies amenazadas de animales, plantas y hongos.
El informe de IGGAW, financiada con fondos públicos, señala que, en conjunto, todos estos factores hacen que el "coste social del carbono" de la agresión rusa alcance un total de 43.800 millones de dólares (unos 37.740 millones de euros).
"El clima también es una víctima"
"En muchos sentidos, Rusia libra una guerra sucia y nuestro clima también es víctima", dijo el viceministro de Economía, Medio Ambiente y Agricultura Pavlo Kartashov en un acto paralelo de la COP30 en Belém, Brasil.
Las ingentes cantidades de combustible quemado, bosques calcinados, edificios destruidos, hormigón y acero utilizados, todo ello es en esencia 'carbono de conflicto' y tiene un considerable coste climático.
Kartashov añade que, mientras el pueblo de Ucrania "se enfrenta directamente a la brutalidad", las ondas de choque climáticas de la agresión rusa se sentirán "muy lejos" de las fronteras del país y en el futuro.
La reclamación de compensación climática de Ucrania
Según el informe de IGGAW, las fuerzas militares de ambos bandos han consumido 18 millones de toneladas de combustible y han incendiado 1,3 millones de hectáreas de campos y bosques.
También se han destruido cientos de instalaciones de petróleo y gas, mientras que se han encargado "enormes cantidades" de acero y cemento para fortificar las líneas del frente.
Las emisiones equivalen a las emisiones anuales conjuntas de Austria, Hungría, República Checa y Eslovaquia juntas.
"Nuestra documentación minuciosa de las emisiones de carbono de la invasión rusa de Ucrania será la base de la reclamación de compensación de Ucrania", afirma Lennard de Klerk, autor principal del informe.
"El mecanismo para ello está establecido en el Derecho internacional y, una vez presentada, convertirá a Ucrania en la primera en hacer responsable a otro país de las emisiones climáticas derivadas de la guerra".
"El coste de la guerra no puede quedar sin contestación"
El histórico paso de Ucrania fue bien recibido por el Conflict and Environment Observatory (CEOBS), que ya en 2022 informó de que las fuerzas armadas son responsables de alrededor del 5,5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
"La acción histórica de Ucrania sienta un precedente mundial sobre la responsabilidad de los Estados por los daños climáticos derivados de la guerra", afirma Doug Weir, director de CEOBS, a 'Euronews Green'.
Subraya, añade, que "el coste climático de la guerra ya no puede quedar sin contestación".
¿Qué ocurre ahora?
Después de que la Asamblea General de la ONU decidiera en 2022 que Rusia debía indemnizar a Ucrania, el Consejo de Europa estableció un mecanismo para ello llamado Registro de Daños para Ucrania.
La reclamación de Ucrania cuenta con el respaldo de un fallo histórico que la Corte Internacional de Justicia recibió en julio de este año. Este dictamen afirmó que un "medio ambiente limpio, sano y sostenible" es un derecho humano, igual que el acceso al agua, la alimentación y la vivienda.
El Registro de Daños para Ucrania también incluye más de 9.700 reclamaciones individuales por incidentes como desplazamiento interno involuntario, trabajos forzados, daños o destrucción de viviendas y pérdida de hogar o residencia.