El presidente ucraniano Volodímir Zelenski describió el asalto de casi diez horas como uno de los más intensos, con 18 misiles y alrededor de 400 drones. Se produjeron incendios en toda la capital, dañando viviendas, almacenes y edificios de oficinas.
Miles de personas se refugiaron en estaciones de metro, incluyendo más de 1.000 personas en la parada del Instituto Politécnico. El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, confirmó que la caída de escombros provocó incendios en varios distritos, mientras las cuadrillas de rescate trabajaban en las secuelas.