Formaban parte de los 195 cuerpos devueltos por Israel en el marco de un acuerdo de alto el fuego con Hamás, por el que el grupo armado debe entregar los restos de rehenes fallecidos que aún retiene en Gaza.
Personal de emergencias y familiares se reunieron para rezar en torno a las bolsas de plástico blancas que contenían los restos, muchos de los cuales no pudieron ser identificados. Posteriormente, los cuerpos fueron trasladados a un cementerio en Deir al Balah, donde fueron enterrados en una fosa común. Familias de toda Gaza han ido llegando al Hospital Nasser con la esperanza de identificar a seres queridos desaparecidos durante buena parte de la guerra.
Israel afirmó que los cuerpos devueltos eran de combatientes, una afirmación que no pudo ser verificada de forma independiente. Personal sanitario y familiares dijeron a la agencia 'Associated Press' que algunos de los fallecidos eran civiles. Sin que se permita la entrada en Gaza de material para pruebas de ADN y con muchos cuerpos en avanzado estado de descomposición, las familias recurren a objetos personales y al reconocimiento visual para identificar a sus familiares.