En Auvernia, la estación de esquí de Super-Besse está probando la fabricación de nieve a principios de temporada, y consigue cubrir partes de sus pistas con nieve artificial aunque las temperaturas alcanzan los 10ºC.
Los responsables de la estación afirman que el objetivo es preparar las pistas antes de las vacaciones de Navidad, garantizando una capa de nieve de 30 metros de ancho para los visitantes.
Los turistas, sorprendidos al poder tocar nieve bajo el sol otoñal, se preguntan por el coste y el impacto ambiental.
Las organizaciones ecologistas advierten de que el consumo de energía equivale al de 300 hogares durante dos meses.
Las autoridades locales sostienen que la operación ayuda a proteger los empleos de temporada y apoya los planes de transición a largo plazo de la estación.