Las intensas nevadas han transformado el norte de España en un paisaje invernal a mediados de noviembre, marcando el día más frío del otoño.
Una masa de aire ártico hizo caer la cota de nieve hasta los 600 metros en varias provincias, lo que obligó a los ayuntamientos a activar planes de emergencia, con carreteras afectadas y las quitanieves trabajando sin descanso.
Se activaron avisos meteorológicos de nivel naranja en Asturias, Cantabria y zonas de León y Burgos.
En los Pirineos, las temperaturas bajaron hasta 14ºC bajo cero, con hasta 45 centímetros de nieve, lo que ha alimentado las expectativas para la temporada de esquí.