Un sendero de luces, ricamente decorado, en el principal centro de exposiciones de Ucrania ofrece un raro momento de calma a las familias que viven con cortes de luz diarios y alertas antiaéreas.
Los visitantes caminan envueltos en un resplandor cálido que contrasta con las largas horas sin electricidad en casa.
Los padres aseguran que la instalación da a los niños un respiro de las noches en refugios y de las clases en sótanos. También acuden soldados con permisos breves para compartir el ambiente con sus familiares.
El recorrido festivo transmite esperanza aunque las conversaciones de paz no registren avances, y muchos visitantes señalan que la temporada aún deja espacio para pequeños milagros.