Mientras la presidenta de la Comisión Europea se prepara para pronunciar el miércoles presumiblemente su último discurso sobre el Estado de la Unión Europea, Ursula Woodburn subraya que debemos echar la vista atrás para recordar su legado.
La UE lleva décadas luchando contra el cambio climático. Pero ahora que este verano se confirma como el más caluroso del mundo, es hora de trabajar con nuestros aliados internacionales y subir la temperatura de la acción climática.
El viernes pasado, Naciones Unidas publicó su primer inventario mundial, un proceso posterior al Acuerdo de París en el que los países se comprometieron a supervisar sus avances colectivos en la consecución de los objetivos acordados.
En lo que el Instituto de Recursos Mundiales ha calificado de "boletín de calificaciones verdaderamente condenatorio" para los esfuerzos mundiales por el clima, el mensaje clave es que no estamos en camino de cumplir el objetivo del Acuerdo de París.
Para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 grados centígrados, debemos ser más ambiciosos y aplicar ya soluciones tecnológicas limpias.
Durante el fin de semana, en la cumbre del G20 celebrada en Delhi, se produjo otro momento importante en relación con el clima.
Aunque los líderes no llegaron a un acuerdo sobre un calendario para la eliminación progresiva de los combustibles fósiles, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, propuso un acuerdo para triplicar la capacidad de energía renovable en todo el mundo de aquí a 2030, de cara a la COP28.
¿Dónde nos deja esto en Europa?
Cambios en la lista en el último año de la Von Der Leyen
En vísperas de las elecciones europeas del año que viene, la controvertida Ley de Restauración de la Naturaleza acaba de ser aprobada por el Parlamento en julio.
Frans Timmermans ha liderado el Acuerdo Verde y la política climática de la UE desde 2019, lanzando el conjunto de leyes climáticas más amplio que el mundo haya visto.
Pero ahora el campeón del clima ha dimitido, y la portadora de la antorcha de la competencia del bloque, Margrethe Vestager, se ha ido de permiso para perseguir la presidencia del Banco Europeo de Inversiones.
Von der Leyen actuó con decisión ante los cambios en el Colegio de Comisarios, aunque sigue habiendo dudas sobre cómo afectarán a su último año.
Rápidamente asignó la nueva vicepresidencia al socialista eslovaco Maroš Šefčovič, con experiencia en cuestiones energéticas y de quien necesitaremos un sólido apoyo para el Pacto Verde.
También ha dejado la cartera de Clima en manos del ex ministro holandés de Asuntos Exteriores y conservador Woepke Hoesktra.
Pero mientras Ursula von der Leyen se prepara para pronunciar el miércoles lo que podría ser su último discurso sobre el Estado de la Unión Europea, debemos echar la vista atrás para repasar su legado.
No todo es de color de rosa a pesar de las medidas adoptadas en medio de la crisis
Su iniciativa emblemática, el Pacto Verde Europeo, cuyo núcleo es el concepto de sostenibilidad competitiva, ha demostrado su capacidad de resistencia frente a múltiples crisis.
Como resultado, las empresas de toda Europa están actuando para reducir sus propias emisiones, están hablando con sus cadenas de suministro y considerando en qué necesitan invertir en el futuro.
La mayoría se ha mostrado inquebrantable en su apoyo, incluso a pesar de una serie de crisis que han sacudido a la UE hasta sus cimientos.
Tras la pandemia de COVID-19, la UE se centró en hacer más ecológica nuestra recuperación económica. El plan, denominado NextGenerationEU, invirtió 806.900 millones de euros para hacer una Europa más verde, más digital y más resistente.
Tras la guerra de Rusia en Ucrania, el bloque intensificó su despliegue de energías renovables y medidas de eficiencia para responder a la crisis energética.
Esto envió una señal clara a las empresas de que el crecimiento ecológico era la mejor manera de garantizar la resiliencia a largo plazo en el futuro.
Sin embargo, no todo es tan de color de rosa.
Los acontecimientos internacionales y las decisiones adoptadas en Estados Unidos y China siguen complicando las decisiones de inversión. La puerta a nuevas inversiones en combustibles fósiles sigue firmemente abierta y la restauración de la naturaleza aún no se ha abordado suficientemente.
¿Cómo se verán afectadas las empresas?
El objetivo de 2040 debe abordarse con firmeza
En un periodo en el que algunos -como el primer ministro belga, Alexander de Croo- piden una "pausa" normativa, los responsables políticos y las empresas deben seguir arremangados para superar cualquier obstáculo que se interponga en su camino.
La crisis climática no se detiene. Tomar medidas para atajarla no es una opción, sino que debemos garantizar que la transición hacia una economía europea que dé prioridad a las personas, la naturaleza y el clima siga adelante.
En este momento inestable, las empresas pueden marcar la diferencia reclamando una dirección política clara y verde (en la profundidad, amplitud y escala necesarias) que les ayude a planificar y desbloquear las inversiones necesarias.
Es más, esperamos que la UE -y Von der Leyen esta semana- aborde con firmeza el objetivo de 2040.
Desde una perspectiva empresarial, esto significa fijar un objetivo climático de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en el bloque en al menos un 90% para 2040.
Hace unos años, este objetivo podría haber parecido imposible.
Pero las medidas ya adoptadas por los responsables políticos y las empresas han demostrado que tal ambición está al alcance de la mano, siempre y cuando la eliminación de carbono se limite a no más del 8-10%.
Europa debe actuar para seguir en la carrera
Para mejorar la transparencia y la rendición de cuentas, deben fijarse objetivos distintos para la eliminación de carbono por medios naturales y para la eliminación de carbono por medios tecnológicos.
El futuro a largo plazo de Europa se basa en la prosperidad económica, en que las empresas que han invertido con éxito en sostenibilidad sigan siendo competitivas a escala mundial.
Informes recientes han demostrado que nos encontramos en una carrera mundial hacia la cima de las tecnologías de carbono cero, y Europa debe actuar para mantenerse en la carrera.
Todos nosotros, incluidas las próximas instituciones de la UE, tendremos que aunar esfuerzos para aprovechar la transformación propiciada por el Pacto Verde.
Quién será el decimocuarto presidente de la Comisión Europea aún pende de un hilo. Mientras tanto, la UE debe calentar motores y actuar ya.
Ursula Woodburn es directora del Cambridge Institute for Sustainability Leadership en la oficina de Europa, impulsando el apoyo empresarial a una economía climáticamente neutra, positiva para la naturaleza y sostenible.
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