El rey emérito repasa en sus memorias medio siglo de historia: su papel en la Transición, la tensa relación con su familia —incluido su hijo Felipe VI— y los errores que admite haber cometido.
El rey emérito Juan Carlos I ha reivindicado su papel en la vuelta de la democracia a España y su papel en la llamada Transición, al tiempo que ha expresado su respeto por el dictador Francisco Franco. Asimismo, ha lamentado las "debilidades" que le impulsaron a cometer errores durante su reinado que, en última instancia, le han llevado a distanciarse de su familia.
En vísperas del 50 aniversario de la muerte del general, el monarca sostiene que "la democracia española no cayó del cielo" y que fue él mismo quien la "quiso desde el principio", según declara en varias entrevistas concedidas a medios franceses, entre ellos 'Le Monde' y 'Le Figaro', con motivo de la publicación de sus memorias 'Reconciliación. Memorias. Juan Carlos I de España', escritas por la historiadora Laurence Debray.
Esta nueva biografía, que se publicará esta semana en Francia y a principios de diciembre en España, coincide con el medio siglo del fallecimiento de Franco, el 20 de noviembre de 1975, y con los cincuenta años de la proclamación de Juan Carlos como rey, el 22 de noviembre del mismo año. En estas páginas, el emérito asegura que su testimonio busca "recordar a las nuevas generaciones lo que costó la libertad", en estos momentos en que, lamenta, "se ha perdido el espíritu de la Transición".
Juan Carlos recuerda también la compleja relación que mantuvo con el dictador, de quien dice que proyectaba sobre él un sentimiento "paternal". "Le respetaba enormemente, apreciaba su inteligencia y su sentido político. Gracias a él fui rey", admite. Según el exmonarca, Franco le hizo sucesor "para crear un régimen más abierto". Y añade que nunca permitió que se hablara mal del dictador delante de él.
Sobre el intento de golpe de Estado del 23F, el emérito niega cualquier simpatía hacia los sublevados y asegura que se sintió "traicionado" por uno de sus amigos más cercanos, el general Alfonso Armada, a quien acusa de "convencer a los generales" de que hablaba en su nombre. "No hubo un golpe, sino tres", afirma: el de Antonio Tejero, el de Armada y "el de ciertos cargos electos cercanos al franquismo".
Durante el proceso de transición, destaca su decisión de legalizar el Partido Comunista en 1977, una medida que gestionó con el entonces presidente de Rumanía, Nicolae Ceaușescu, para contactar con Santiago Carrillo. "Era una época en la que la izquierda respetaba las instituciones", subraya.
Relaciones familiares y distancia con la Corona
El monarca dedica también parte de sus memorias a su familia. Revela que su hijo, el rey Felipe VI, trató de disuadirle de escribir el libro y lamenta la frialdad entre ambos desde su marcha a Abu Dabi en 2020. "Entiendo que, como rey, deba tener una posición pública firme, pero sufría por que se mostrara tan insensible", confiesa. De aquel reencuentro familiar en la Navidad de 2020 se le quedó grabado un "silencio de incomprensión y dolor".
Juan Carlos reconoce además su tensa relación con la actual reina Letizia, cuya llegada, asegura, "no ayudó a la cohesión familiar". En contraste, expresa afecto hacia su esposa, la reina Sofía, aunque lamenta que "no haya ido a visitarle" a los Emiratos. También menciona que apenas ha visto a sus nietos, salvo a Froilán, que vive con él, y admite sentirse "herido por una sensación de abandono".
Errores, fortunas y arrepentimientos
El rey emérito reconoce abiertamente haber cometido errores y "debilidades". Entre ellos, considera un "grave error" haber aceptado el regalo de 100 millones de dólares del rey Abdulá de Arabia Saudí, en 2008. "No supe rechazarlo", admite, aunque subraya que todos los procesos judiciales relacionados fueron archivados. También lamenta su viaje a Botsuana en 2012, "un recorrido lejano y costoso que pudo parecer sorprendente ante la situación del país", sumido en plena crisis por aquel entonces.
En su relato, asegura haberse rodeado de "un entorno malintencionado" y haber confiado "en empresarios poco escrupulosos", lo que le llevó a verse "en medio de un lío financiero" que no controlaba. "Actuaron en mi nombre, pero para su propio beneficio", sostiene.
Desde el exilio, Juan Carlos I asegura que echa de menos España y que espera poder regresar algún día. "Estoy resignado, pero herido por una sensación de abandono. Echo de menos mi hogar", escribe el monarca, que concluye con una confesión íntima: "Di libertad a los españoles al establecer la democracia, pero nunca pude disfrutar de esa libertad para mí".