El Parlamento Europeo aprueba vetar el uso de nombres cárnicos como "hamburguesa" o "filete" en productos de origen vegetal. Los defensores del cambio alegan claridad para el consumidor; sus críticos hablan de censura gastronómica.
La Unión Europea lleva años debatiendo cómo deben denominarse los alimentos de origen vegetal. A medida que estos productos ganan popularidad, crece también la incertidumbre sobre cómo etiquetarlos y comercializarlos dentro del mercado único. ¿Puede llamarse "hamburguesa vegetal" a un producto elaborado con soja? ¿Debe usarse el término "salchicha" si no contiene carne, o estos nombres inducen a confusión entre los consumidores?
El Parlamento Europeo ha decidido este miércoles zanjar la cuestión: nombres como "hamburguesa", "salchicha", "escalope" o "filete" solo podrán utilizarse para productos cárnicos y no para alimentos de origen vegetal. "Acepto que filete, chuleta o salchicha sean productos de nuestras ganaderías. Punto y final. Ni sucedáneos de laboratorio ni productos de origen vegetal", declaró la eurodiputada francesa Céline Imart (PPE), ponente del expediente, durante el debate en el pleno del martes. Imart subrayó además que "este debate también trata de la transparencia y la claridad para los consumidores, y del reconocimiento del trabajo de los ganaderos".
La controversia no es nueva. Hasta ahora, la legislación europea permitía que los alimentos vegetales usaran términos asociados a la carne, siempre que el etiquetado indicara claramente su origen vegetal. Sin embargo, la Comisión Europea propuso en julio una actualización de la Organización Común de Mercados (OCM) que define "carne" como las partes comestibles de un animal y "productos cárnicos" como los derivados exclusivamente de carne.
La propuesta incluía además una lista de 29 términos prohibidos para los productos vegetarianos o veganos, entre ellos "ternera", "pollo", "tocino", "costillas", "alas" y "pechuga". El Parlamento ya había intentado una medida similar en 2020, durante los debates sobre la reforma de la Política Agraria Común, pero la propuesta fue finalmente retirada.
"No pensemos que los consumidores son estúpidos"
Los defensores de mantener las denominaciones tradicionales para los productos vegetales argumentan que los consumidores no se confunden tan fácilmente. Una encuesta realizada en 2020 por la Organización Europea de Consumidores (BEUC) mostró que cerca del 70% de los europeos no considera problemático que se utilicen nombres como "hamburguesa" o "salchicha" para alternativas vegetales, siempre que estén claramente etiquetadas.
"Es decepcionante que el Parlamento Europeo haya acordado prohibir nombres relacionados con la carne, como 'hamburguesas' o 'salchichas', para alternativas vegetales", declaró a 'Euronews' Irina Popescu, responsable de política alimentaria de BEUC.
Los responsables políticos deberían centrarse en garantizar que los envases sean claros y comprensibles, con etiquetas fiables, añadió Popescu. Durante el acalorado debate del miércoles, algunos de los comentarios en la Eurocámara fueron especialmente mordaces.
"Algunos políticos aquí en la Cámara piensan que tenemos que desconfiar de la inteligencia de los consumidores, que no son capaces de ver y leer lo que realmente están comprando. Si algo se llama hamburguesa vegana, entonces todo el mundo sabe que no va a contener carne", afirmó el eurodiputado austriaco Thomas Weitz (Los Verdes).
Si no es leche, es bebida
Más de 400 organizaciones han firmado una carta abierta en la que piden retirar la prohibición de los 29 términos relacionados con la carne para los productos de origen vegetal.
El documento insta a la Unión Europea a mantener los precedentes legales que garantizan un etiquetado transparente y respetuoso con el consumidor, además de apoyar la innovación y la sostenibilidad promoviendo la igualdad de condiciones. Las organizaciones defienden que las opciones vegetales, claramente etiquetadas, amplían la libertad de elección del consumidor y favorecen dietas más saludables y respetuosas con el clima.
El precedente jurídico al que alude la carta es una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictada el año pasado, que estableció que los Estados miembros no pueden impedir que los fabricantes de alimentos utilicen etiquetas tradicionalmente asociadas a la carne en productos vegetarianos o veganos, siempre que las etiquetas describan con claridad su contenido real.
Sin embargo, una controversia similar ya había surgido en 2017, cuando el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) abordó el uso de términos lácteos en productos de origen vegetal, como las bebidas de soja o de avena.
En aquella ocasión, el tribunal dictaminó que solo los productos que contuvieran lácteos de origen animal podían emplear denominaciones como "leche", "mantequilla" o "yogur", lo que obligó a las alternativas vegetales a comercializarse bajo términos como "bebida de soja" o "bebida de avena" en los supermercados europeos.
El texto aprobado ahora por el Parlamento Europeo deberá negociarse con los Estados miembros en el Consejo de la UE, donde se prevén importantes discrepancias, ya que la cuestión también genera debate a nivel nacional en varios países.