Irlanda, Alemania y Países Bajos son tres de los países más expuestos en caso de que la Unión Europea decida imponer contramedidas a las importaciones estadounidenses, tras la amenaza de Washington de gravar con un 30% los productos comunitarios.
La Unión Europea se prepara para tomar represalias en caso de que fracasen las negociaciones comerciales con Washington antes del 1 de agosto. Si no hay acuerdo, Estados Unidos empezará a aplicar aranceles del 30% a casi todos los productos que exporta el bloque.
Tras verse sorprendida el pasado fin de semana por una carta en la que se amenazaba con la imposición comercial, la Comisión Europea ha presentado rápidamente un plan para imponer aranceles a las exportaciones estadounidenses por valor de 72.000 millones de euros, lo que inevitablemente afectará a la propia economía de la Unión Europea. Se trata de una continuación de la lista de productos estadounidenses, por valor de 95.000 millones de euros, que la Comisión Europea había propuesto anteriormente.
Los posibles aranceles de represalia de la UE se centran en las importaciones de bienes industriales procedentes de EE.UU. como material aeronáutico, automóviles, productos químicos y plásticos o equipos médicos. Este tipo de importaciones suponen 65.700 millones de euros del total de 72.000 millones de euros. También figuran productos agrícolas, entre ellos el bourbon. De imponerse, los aranceles supondrían que las empresas europeas comprarían estos productos a un precio más elevado, lo que empujaría al alza la inflación.
Sin embargo, según Sylvain Broyer, economista jefe para Europa de S&P Global Ratings, el efecto inflacionista de las contramedidas podría ser mínimo. Según declara a 'Euronews Business', "los aranceles de la UE a los productos estadounidenses tendrían un impacto modesto en la inflación europea, probablemente sólo un par de décimas de punto porcentual, y es improbable que afecten significativamente a la actividad económica global".
El mayor riesgo puede venir de las interrupciones de la cadena de suministro. Europa podría sufrir las consecuencias en el sector de servicios: "La UE depende en gran medida de los servicios estadounidenses, sobre todo en sectores como la tecnología, los pagos y la consultoría", afirma Broyer.
¿Qué países de la UE se verán más afectados por estas contramedidas?
Ciertos sectores clave en la economía de determinados países podrían sufrir graves perturbaciones en su cadena de suministro si la UE y EE.UU. profundizasen su guerra comercial. La aviación es uno de ellos, ya que estos y sus piezas de ensamblaje son uno de los productos que se verán más afectados por las contramedidas de la UE. Según un documento de la Comisión Europea, la UE podría imponer restricciones a la importación de estos productos por valor de casi 11.000 millones de euros.
Dentro de los Estados miembros, el país con mayores importaciones de aviones estadounidenses en 2024 era Irlanda, seguida de Francia, Países Bajos y Alemania.
La aviación entre EE.UU. y la UE es un sector muy interconectado. Thales, multinacional francesa del sector aeroespacial y de Defensa, suministra a la estadounidense Boeing y a Airbus, su archirrival europeo, sistemas de gestión de vuelo y pantallas de cabina. A cambio, el gigante aeroespacial estadounidense Honeywell suministra sistemas de gestión de vuelo a Airbus.
Además de amenazar con graves rupturas en la cadena de suministro, los posibles aranceles de represalia de la UE sobre los aviones fabricados en EE.UU. suponen un golpe directo para Boeing. La empresa obtuvo de Europa el 13% o más de 8.700 millones de dólares (7.500 millones de euros) de sus ingresos en 2024. Cualquier medida de este tipo por parte de la UE podría aumentar los aranceles de EE.UU. sobre los aviones europeos. En el caso de Airbus, sus ingresos en Norteamérica duplicaron los de Boeing el año pasado, con más de 16.000 millones de dólares (13.800 millones de euros).
Irlanda, vulnerable a la batalla comercial
Las posibles contramedidas de la UE a las importaciones de aviones, unidas a las represalias de la Administración estadounidense, podrían poner en peligro la posición de Irlanda como centro neurálgico mundial de la aviación.
La isla esmeralda cuenta con más de 50 empresas de arrendamiento de aviones que gestionan 10.000 aeronaves. Según un reciente informe del grupo de inversión en aviación Irelandia, esta cifra equivale al 37% de la flota comercial mundial y convierte al país en un actor central de la infraestructura mundial de transporte aéreo.
Irlanda ya se enfrenta a un serio golpe a su economía debido a los aranceles potencialmente elevados que EE.UU. impondrá a sus exportaciones a este país tras la fecha límite del 1 de agosto. El grupo de expertos Bruegel, con sede en Bruselas, ha estimado que la pérdida acumulada de PIB real de Irlanda, debido al impacto total de los aranceles estadounidenses, podría ser del 3% en 2028.
Eso si, como ha prometido el presidente Trump, los productos farmacéuticos se enfrentan a fuertes aranceles. "En el caso de Irlanda, las importaciones de aviones ascienden a más del 1% del PIB; en Países Bajos, las importaciones de maquinaria grande y equipos medicinales equivalen al 6% del PIB", dice Rory Fennessy, economista senior de Oxford Economics, a 'Euronews Business'.
La maquinaria es el segundo grupo de productos más afectado de la lista de la Comisión: importaciones por valor de 9.430 millones de euros se verían afectadas por los aranceles compensatorios. Esto supondría un duro golpe para las cadenas de suministro de Alemania, Países Bajos, Francia e Irlanda. "Incluso si los países tienen una exposición directa limitada a las importaciones de Estados Unidos, pueden producirse importantes efectos indirectos en otros países, simplemente por la estrecha integración de la cadena de suministro y el impacto en las industrias de apoyo adyacentes debido a los aranceles", dice Fennessy.
Uno de los ejemplos clave es la estrecha relación entre Alemania y los países de Europa Central y del Este, entre ellos Hungría, Polonia y Eslovaquia, especialmente en lo que respecta al sector del automóvil. Estos países han atraído mucha inversión extranjera por los bajos salarios y costes, gran parte de la cual procede de Alemania.
Los vehículos son el tercer grupo de productos más expuesto a posibles aranceles de represalia. El país con mayores importaciones de vehículos o piezas procedentes de EE.UU. es Alemania, por valor de casi 7.500 millones de euros en 2024, seguido de Bélgica (1.800 millones de euros). Estos países serían los más presionados por la subida de precios en este sector.
"Pero, por supuesto, la repercusión exacta varía y algunos países están más directamente expuestos en determinados sectores, por lo que probablemente sentirían un impacto de precios más rápido en esos casos", añade Fennessy. Si los precios suben, aunque sea temporalmente, eso supondría otro golpe para el alicaído sector automovilístico alemán y podría provocar más medidas de recorte de costes por parte de las grandes marcas, entre ellas Volkswagen y Mercedes.
¿Qué otros productos están afectados?
La lista de productos afectados de la Comisión Europea incluye productos químicos y plásticos, así como productos sanitarios, y cada categoría representa más de 7.500 millones de euros de importaciones de EE.UU. a la UE en 2024. Los países más afectados son Bélgica, Países Bajos y Alemania.
En cuanto a los productos químicos, el país de la UE que más compra a EE.UU. es Bélgica, con importaciones por valor de 13.700 millones de euros en 2024. Le siguen Países Bajos, con 12.500 millones de euros, y Alemania, con 12.300 millones. En cuanto a los plásticos, Bélgica encabeza la lista con más de 3.000 millones de euros de importaciones estadounidenses, seguida de Alemania (2.000 millones de euros) y Países Bajos con 1.500 millones de euros. El mayor volumen de importaciones de productos sanitarios estadounidenses en la UE correspondió a Países Bajos, con 4.630 millones de euros. Le siguen Alemania, con 2.650 millones de euros en importaciones, y Bélgica, con más de 1.000 millones.
La UE también estudia imponer aranceles de represalia a productos agrícolas por valor de 6.400 millones de euros, incluido el bourbon. El país que más bourbon importa de EE.UU. es Países Bajos, que compra productos por valor de más de 60 millones de euros al año. Esto, por sí solo, puede no perjudicar a la economía. Pero si el sector europeo de las bebidas y los licores se ve expuesto a las contramedidas de Washington, el vino francés y el whisky irlandés también estarían en el punto de mira.
Si no hay acuerdo entre EE.UU. y la UE antes de la fecha límite de Trump, el sector agrícola europeo, entre muchos otros, se enfrentará a un arancel del 30% sobre sus exportaciones a EE.UU., una consecuencia tildada de catastrófica por los grupos de presión o 'lobbies' franceses. Bruselas dice que sigue buscando un acuerdo para evitar una escalada de la guerra comercial, pero está dispuesta a tomar represalias si es necesario.