Una ola de calor en Europa ha avivado un incendio forestal devastador en Cataluña, España. El fuego, que se ha originado en el área de Paüls, Tarragona, ya ha arrasado 2.900 hectáreas y ha obligado al confinamiento de aproximadamente 18.000 personas en nueve localidades de la región.
Las labores de extinción se ven gravemente dificultadas por los fuertes vientos, que han superado los 90 kilómetros por hora, y las altas temperaturas. La consejera de Interior de la Generalitat, Núria Parlon, ha advertido que "aún quedan horas críticas" para controlar las llamas.
El gobierno regional ha solicitado el apoyo de la Unidad Militar de Emergencias (UME) de España, y más de un centenar de efectivos ya se han unido a los más de 300 bomberos que trabajan sin descanso. Este suceso subraya la preocupación por la intensificación de estos fenómenos, vinculados por los meteorólogos al cambio climático.